viernes

Capítulo 50 - Para las niñas celosas

  
"No quieras ser su dueña, aprende a ser su jinete"



 ADVERTENCIA: 

Si tu amiga con derecho, enamorada, novia, esposa, amante, lo que sea; es una loca que ya no aguantas y por alguna extraña y masoquista razón no quieres dejarla, o quieres quemar hasta el último cartucho, deja de leer este post y entrégaselo a ella. 




Si esta es tu canción y por ese hombrecito te has convertido en una insegura, loca, histérica, celosa enfermiza, desconfiada, sin vida, llorona compulsiva, drama queen y la mujer que ningún hombre desea tener… seguir leyendo TE RECOMIENDO.

Bueno, Fulanita se había convertido en esto y había mutado a mucho más…

El novio se le había desaparecido mismo conejo en sombrero de mago. Tal vez le había mentido, no le contestaba el celular y después de infinitas llamadas perdidas lo había apagado. Vale recalcar que la había plantado. Sí, era seguro que reaparecería mismo caballo que se da a la fuga pero siempre regresa. Pero en ese momento... dolía.

Felizmente, las lágrimas se le secarían y la preocupación se le apagaría con una margarita rica en alcohol en mano y un amigo con sobredosis de sabiduría enfrente que apareció como caído del cielo. Y no para acompañarla a insultarlo sino para darle una solución. ¡Esas son las amistades que valen! y ¡Salud por eso!

 “No me gusta verte llorar. Tomar una decisión DEBES y solo tienes tres. Lo cortas y acabas con este infierno, pero sigues siendo la mujer histérica en la que te has convertido;  sigues con él, sigues desconfiando, te compras tus botellas de suero al por mayor y sigues llorando; o empiezas a confiar pero DE VERDAD”.

Ahora, déjenme explicar esto. De hecho alguna vez todos hemos escuchado esta famosa frase femenina “Si me saca la vuelta, por favor que ni llegue a mis oídos y todo estará bien”, una forma de sobrevivir que tienen las que han pirateado la confianza. Confianza NO es hacerse la loca; la confianza no se basa en lo que se ve o escucha, es tan mágica que no está fundamentada en los 5 sentidos… porque la confianza no nace en la cabeza, nace en el corazón y es un proceso similar a la crianza de los caballos españoles.

Los caballos españoles y árabes son de los más deseados alrededor del mundo. Son conocidos por ser compañeros  fieles, leales y obedientes. (Investiguen, es un tema muy interesante)

Hay caballos que deben andar amarrados para no escaparse, hay novios y esposos que deben andar controladitos para no escaparse, y si se escapan, a su dueño le toca perseguirlo y buscarlos por cielo tierra y mar o hasta que el caballo se canse de correr y regrese a casa. Mientras que, hay caballos que sin necesidad de estar atados pueden caminar al lado de su amo de por vida unidos por algo mucho más fuerte y seguro que una simple rienda. Estos son conocidos mayormente como los caballos españoles y árabes. Lo curioso es que la diferencia básica entre estos y los anteriores no es la raza, sino la crianza, la alimentación. Y me encanta saber que es la alimentación porque creo firmemente que el viaje seguro al corazón del hombre siempre hace escala en su estómago.



Al hablar de la crianza principalmente tendremos presente que a estos caballos españoles y árabes, a diferencia de mucho otros, se les trata bien, nunca se les grita, el amo más que el dueño es el compañero.  Los jinetes llegan a tener una conexión tan mágica con su caballo que no hay necesidad de amarrarlo para que este esté siempre con él o de tratarlo mal para que obedezca.



“Él es MI jinete y yo soy SU caballo”

“Este es el tipo de confianza que te quiero enseñar. La mejor confianza es el respeto y la libertad. Tienes que conseguir que Fulanito sea tu caballo y tú seas su jinete, sin ataduras, sin rienda, porque un día como hoy que se te suelte, se te va escapar y vas a estar insegura y desesperada sintiendo que lo estás perdiendo. ¡Y lo estás! Deja de pensar que eres su dueña y empieza a pensar que son compañeros. La decisión está en tus manos. Confías y empiezas a tener esa conexión mágica con tu caballo o sigues llorando”.

Todo esto me hace recordar a algunos amigos que eran ¡terribles!, increíblemente mujeriegos. Y de pronto…. ENAMORADÍSIMOS. Todas sus novias con un mismo común denominador: Para nada celosas o posesivas.

Hace una semana  no más, un amigo de los más infieles que tengo  me contaba de una de las novias que tenía y a la única que le fue fiel. 

  • Cuenta que esta mujercita tenía la, no sé si buena o mala costumbre, de ir a bailar con mi amigo pero al final ella también bailaba con otros chicos y le decía: “Fulanito, déjame bailar tranquila, ¿no ves que este chico esta churro? Tú eres mi novio, tranquilo. Anda y baila con alguna chica bonita que hay un montón por aquí ;)”.¿Creen que mi pobre amigo tenía ganas de bailar con otra chica?

  • Cuenta que habían noches,  medio que discutían y él lanzaba su sutil amenaza: “Amor, voy a salir con mis amigos a relajarnos un rato, te llamo cuando llegue a casa”. Y ella, buen jinete, más de una vez le contestó: “Anda amor, ¡diviértete! Aprovecha y pásala bien pero yo ando tan cansada que ahorita me voy a dormir y posiblemente no te conteste, tranquilo, anda, no tienes que avisarme cuando llegues, ya mañana hablamos ;)”. ¿Creen que mi pobre amigo salía?



 Todo este tema y conversaciones me dieron mucho que pensar:
Finalmente, la verdadera cárcel resultó ser la libertad.


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